Extracto de la nota de Mariana Carbajal del 11 de noviembre, en Página 12.
"El caso ocurrió cuatro meses atrás pero recién trascendió ahora. La
joven concurrió a la guardia del Hospital Fernández el 29 de junio,
alrededor de las 13.20, con un aborto en curso. La atendieron las
médicas Julieta Andrea Wainfeld y Virginia Diedrich. Ante la
constatación de que el feto estaba muerto, se le practicó un parto,
cerca de las 15, para expulsarlo. Pero frente a la presunción de que
ella misma se había provocado la interrupción del embarazo, con
pastillas, a la mañana siguiente, cuando empezó su turno laboral Rosana
Elizabeth Buffa, médica del área de Obstetricia del Fernández, resolvió
denunciarla a la policía, según surge del expediente judicial. Tras ser
alertada del caso, desde la comisaría 53ª se envió un móvil al
hospital. Buffa dio de alta a la mujer para que fuera trasladada a la
sede policial. Todavía no habían transcurrido 24 horas desde la
intervención médica que provocara el parto.
La mujer contó a la defensora pública que la asistió que las médicas
que la atendieron le hicieron comentarios condenatorios,
culpabilizándola por lo sucedido y que le habrían indicado una dosis
menor de medicación para el manejo del dolor, para que “sienta lo que
hizo”, aunque luego la enfermera encargada le dio finalmente la dosis
completa."
Ver la nota completa: Médicos que no respetan el secreto profesional
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